Este es el primer post que escribo desde que inició la cuarentena el 15 de marzo. Se necesita de un tiempo para asimilar toda esta nueva “rutina” de vida. Sin embargo, este no es un post de tips de cómo gestionar estos días de confinamiento, sino de reflexión que quiero compartir con ustedes, de cómo lo que creíamos normal y dábamos por sentado ha cambiado.
Salir cada mañana al trabajo, el tráfico, quedar para el café, el postureo del #porfinesviernes, el gym, la playa, en fin todo eso que disfrutábamos cada día, pero que no se valoraba porque nos era habitual, costumbre y estaba dado sin más, cambió.
Ahora esa normalidad se nos hace invaluable, quedar para un café con los amigos, disfrutar de la naturaleza, abrazar y besar a tus seres queridos o simplemente tener la libertad de salir a caminar por la rambla. ¿Alguna vez pensaste que ese “sueño” de que siempre fuese domingo se haría realidad? Particularmente desde niña el domingo es el día que menos me gusta de la semana, me genera sentimientos de tristeza y nostalgia, pero entre gustos, colores.
¿Qué será “normal” una vez se levante el estado de alarma? ¿Saldremos o no con miedo? ¿Seremos como los vampiros cuando sienten el sol? ¿Nos querremos más o menos? ¿Seremos más sociales o más asociales? De momento sigo viendo la poca educación cívica, cuando todos los guantes de protección están por el suelo del parking del supermercado, o lanzados en la calle como semillas.
¿Qué será “lo normal” ahora, cuando lo normal ya no existe? Salir de casa con guantes, mascarillas, saludando a lo Wakanda ¿será lo normal? Cuándo ir a un restaurante, hotel, cine, etc sin miedo, sin querer desinfectar todo. ¿En qué momento “la normalidad” se integrará a la rutina nuevamente?
Y me pregunto también, una vez que todo se estabilice ¿cuál es la normalidad a la que se quiere, o quieres regresar? A la de piloto automático, o a una en la que estar presente siendo conscientes, viviendo y disfrutando lo que no se ha podido estos meses.
El concepto de normalidad cambiará para cada uno de nosotros, en la medida en que seamos más conscientes con nosotros mismos y nuestro entorno.
Vía Pinterest
Si vemos la otra cara de la moneda, el confinamiento también ha traído consigo que la tierra aproveche este tiempo para respirar, fortalecerse, renovarse. Que los niveles de contaminación hayan bajado. Que muchos animales disfruten de la soledad de las calles. El conocernos más a nosotros mismos, y con quienes compartimos.
Que ahora muchos puedan ver la realidad de todos los animales que están en los zoológicos, para así no seguir apoyando este tipo de “ocio”. La empatía, solidaridad, creatividad, nuevas iniciativas de salud, la importancia de la sostenibilidad, la ciencia, el apoyo al pequeño comercio, entre muchas otras que cada uno vivirá desde su perspectiva.
Lo dicho, de un día a otro lo normal se nos volvió invaluable, y el recuperarlo se nos hace un sueño.
Vía Pinterest
A todos los que no han podido, ni pueden, estar con sus seres queridos en estos momentos, un abrazo muy fuerte que les llene de fortaleza para continuar.
Agradece lo invaluable de cada día.
#QuedateEnCasa
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